Ya había escrito el 90% de la nota, sólo faltaba tener la autorización de una querida maestra para publicar su receta y ¡chaz! Se cerró esta cosa poseída por los duendes de la dieta o de algo así que boicotea el compartir la receta. ¡Contras! Ahora me toca dormir, mañana hay que poner exámenes e ir al consultorio... Reposarán en mi mente las intenciones, lo que quiero decir al compartir esta receta. Saldrá mejor. Benditos fallos de la tecnología.
Diría un adolescente... ¡Que choro! Me dio risa releerme, pero no voy a cambiar lo que dije, porque sí, de ayer a hoy, quiero decir las cosas un tanto distintas.
La cocina no era mi fuerte, ni mi débil. Simplemente la cocina no era para mi. Muchas veces nos decimos cosas como esas que limitan las posibilidades de disfrutar hacer y ser en diferentes formas. "Yo no soy artista" entonces no dibujo... "yo no soy bailadora" así que me quedo deseando pararme con la música... Yo decía: "yo no cocino..."
Ya he contado cómo he aprendido de mi madre, mis hermanas, pero también Paty y ahora les comparto una receta de Aracely y otra de Alba. Aracely es un mujer, que hace muchísimo no veo, súper generosa, dedicada a su familia, a su trabajo y también dedicada a ella, le encantaba cocinar, ella preparó este pastel de carne para una reunión sencilla del grupo que estudiábamos una maestria, lo acompañó de ensalada verde, fue muy rico. Pero lo más lindo fue que, al decirle que nos gustaba, enseguida nos dictó la receta. Estoy segura de que fue una receta completa. Siguiéndola siempre me queda bien; un par de veces la hice de memoria, sin checar, quedó horrible. Ayer mientras la preparaba pensaba, porque ando trabajando en eso, que cuando algo sale mal, tenemos que regresar a lo básico, a pensar qué hicimos y dejamos de hacer, sobre todo cuando ese algo, que bien puede ser una relación, nos importa. Y revisarlo para hacer algo. Pues así con la receta, después de dos episodios súper frustrantes, me choca que la comida sepa fea o "x", regresé a la receta... Y ahí está, quedó buenísima.
Sin embargo, como en todo, o casi todo, algo bueno pero sin contexto, sin acompañamiento, no queda tan bien parado en la memoria. Y así fue ayer, con la misma generosidad que tantas veces he encontrado en ella, la Chef Alba Gómez, nos compartió una receta de tomates a la provenzal vía facebook. Y quiero hablarles un poco de mi encuentro con ella.
Regresé a vivir a Mérida en el 2000, pensaba probarme seis meses aquí para decidir si me regresaba a Cuernavaca, creo que no habían pasado ni dos meses cuando, enamorada de vivir en Merida, de estar cerca de mi familia y de mis amigas yucatecas, además de un par de golpes muy importantes de vida, ya había decidido quedarme. En 2002, junto con el huracán Isidoro, llegaron Alba y su esposo también a esta Ciudad, empezaron a dar clase en una de las primeras escuelas formales de gastronomía, antes de que estudiar gastronomía se pusiera tan de moda. Al poco tiempo, viviendo sola, con mucho trabajo pero algunas tardes libres, y el corazón románticamente desocupado, entré a tomar clase con ella. Se trataba de un taller de cenas formales, de tres tiempos, pensando en los festejos de Navidad y otras ocasiones formales. JURO, yo no quería ser "una buena mujer", sólo quería hacer mejor ese gusto aprendido de cocinar para los que amo, familia, amigas y amigos, eventualmente un compañero. Alba fue y es una maestra maravillosa, mujer llena de fe y de amor por los otros, generosa maestra, nunca me sentí torpe, hay algo en sus clases que hace pensar "¡claro que puedo hacer ese plato tan complicado!" Alba, eres una estupenda maestra, contagias las ganas de compartirá hacer del cocinar un acto de amor. Ayer pedí su permiso para compartirles las receta por este medio, enseguida dijo que si. Ojalá prueben estas recetas, y si no les gusta cocinar, compártanla con alguien a quién sí le guste, es muy rico cocinar con amigos, a mi, mientras aprendía mis primeros paso en Cuerna, los amigos me consentían, ponían música de Silvio y tomábamos vino...
Así se hace una maravillosa tarde.
¡Van las recetas!
Pastel de Carne de Aracely Bermúdez! con ligeras modificaciones mías.. Como acitronar la cebolla antes.
1 kg. De carne molida mixta.
300 grs. de tocino de buena calidad, es decir, que se mas carne, sin tanta grasa. Si no se encuentra así, poner mitad jamón y mitad tocino.
1/2 cebolla morada picadita y acitronada con 2 dientes de ajo.
2 cucharadas de perejil desinfectado y picado fino.
1/2 taza de leche evaporada.
1 cucharada de mostaza Dijon.
1 cucharada de mayonesa.
1 huevo.
Sa y pimienta a gusto de la casa.
¡Facilísimo! Se revuelven muy bien todos los ingredientes en un tazón, se rocía con antiadherente o se le pone un poquito de aceite de oliva a un refractario y ahí se pone la mezcla de carne. Hornear por 50 minutos. Yo lo horneo primero tapado con papel aluminio y luego lo destapo por diez minutos para que dore. La carne suele reducirse, saca jugo que puede servir para bañar la rebanada de pastel de carne al servir, la verdad es que no sé hacer gravy, así que si alguien generoso puede aportar el como hacer una salsa con el jugo de carne, ¡será muy bienvenido!
Tomates a la provenzal, receta de la Chef Alba Gómez, (todo lo siguiente es tal cual ella la compartió por facebook):
"riquísimos para acompañar carnes, y si no, con un buen pan que si es artesanal ni te digo!
y un buen vino estaría perfecto!)
"
INGREDIENTES
Tomates tipo saladette (pera) un kilogramo
sal gruesa al gusto
, pimienta negra recien molia al gusto
aceite de oliva de buena calidad cuarta taza
hojas de albahaca, un manojito
hojas de perejil,
ajo picado finamente dos dientes
250 gramos de queso gruyere o ementhal o parmesano si te gusta mas, rallado.
PROCEDIMIENTO
lava los tomates, secalos y partelos en forma transversal por la mitad. Qúitales un poco de semillas, no todo, un poco es suficiente, y luego ponles sal y pimienta.
Con las hierbas y el ajo prepara un picadillo fino, y luego ponlo sobre los tomates.
Agrega la mitad del aceite de oliva y cocina en horno medio por veinte minutos.
Luego, cuidando de no quemarte, sacá la charola del horno y agregale la otra parte del aceite de oliva y el queso y regrésalo al horno por quince minutos mas.
Deberá formarse una costra doradita y burbujeante que te den ganas de probar de inmediato!!
Viste que fácil?
Y es un manjar!!
¿No es una chulada como dicta la receta la maestra?
JL y Leo estaban encantados, yo también, me llevó una hora hacer todo, es súper rápido, súper fácil, súper rico.